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sábado, 12 de mayo de 2012

LA HABANA, CIUDAD ACTIVA.

Por: Lázaro Sarmiento


El arquitecto que hubiera querido ser me hizo leer con entusiasmo cómplice Charlas en el Capitolio de La Habana sobre el Nuevo Urbanismo. Este volumen, publicado por la Colección Arquitectura y Ciudad de Ediciones Unión (La Habana 2010), recoge las cuatro conferencias que en el año 2004 ofreció en la capital cubana el arquitecto Andrés Duany, “una de las principales figuras del Movimiento del Nuevo Urbanismo en Estados unidos, cuyas ideas han sido tan influyentes también en otros países”.

Aquí tres párrafos de la primera de las charlas de Duany:

“Cuando yo veo las diferentes tramas urbanas de La Habana, la posibilidad del transporte colectivo, el sistema de vecindarios, el sistema de bodegas, el orden peatonal, el hecho de que la mayor parte de la población de aquí pueda vivir de una manera peatonal, veo cualidades que los europeos han llegado a valorare y que con el Nuevo Urbanismo buscamos e incentivamos.

“Se ha vuelto algo común que los extranjeros hablen bien de La Habana y que digan que es una ciudad de primerísima calidad. No sé lo que ustedes piensen acerca de cuál puede ser la razón que causa este elogio…casi extravagante (risas). Está el mar, el trópico, la historia interesantísima de una ciudad que es apasiónate, y también está el pueblo cubano, que es un actor protagónico dentro del teatro urbano. No hay nada como un cubano dentro de una ciudad para incrementar su interés (risas). Es un protagonista que fascina a los que no están acostumbrados a ciudades activas.

“Pero lo que yo diría que es excepcional de La Habana es que existe una altísima coincidencia entre el urbanismo y la arquitectura de las diferentes Habanas que aquí tienen. Está La Habana Vieja con su urbanismo y sus edificaciones que corresponden al mismo período histórico. Ahí existen muy pocos edificios excepcionales fuera de tipología y tiempo. Centro Habana, El Vedado y los repartos al otro lado del río Almendrares también mantienen el carácter urbano y arquitectónico con el que fueron concebidos”.



Residencia en la Quinta Avenida , Miramar, La Habana.
Imágenes de La Habana : Lázaro Sarmiento.


domingo, 8 de agosto de 2010

LA CASA DE EL VEDADO.

Por: Lázaro Sarmiento

Aparentemente esta casa de la calle 23 número 664 es parecida a muchas otras del barrio de El Vedado de La Habana. Sin embargo algo la distingue: aquí funciona desde hace tres años un museo creado por la Oficina del Historiador de la Ciudad. Se trata de un proyecto socio cultural que incluye la realización de talleres, conferencias y tertulias con el objetivo de estrechar los vínculos con la comunidad y lograr el rescate de costumbres y tradiciones de esta zona de la capital cubana.

Sobre las características arquitectónicas y los trabajos de restauración de este inmueble encontramos abundante información en el artículo La casa de El Vedado, publicado en las páginas de Revista de la construcción y decoración (no. 24, 2008). Los autores del texto, el arquitecto Abel E. Esquivel, proyectista principal de las obras de restauración, y la Licenciada María Elena Roche, especialista principal de la instalación, destacan:

“Construida con fines domésticos desde 1921, muestra de manera fehaciente los nuevos códigos arquitectónicos que en esta privilegiada zona de la ciudad van imperando y provocando una ruptura con las construcciones coloniales”.

“La Casa de El Vedado, con su exquisito mobiliario, hermosos jarrones, sus porcelanas o biscuit, vajillas preciosas y las cubanísimas pinturas, junto al Ford del 28 que en su garaje se muestra, logra recrear ese ambiente citadino que los especialistas se propusieron”.


INVERSIONISTA Oficina del Historiador de la Ciudad.
EQUIPO DE PROYECTO:
Proyectista principal: Arq. Abel E. Esquivel Mayola.
Proyectista estructural: Ing. Nancy García.
Proyectista Hidráulico: Ing. René Ferino
AMBIENTACION Y DISEÑO: Dirección de Patrimonio y Cultural de la Oficina del Historiador.
Lic. Rayda Mara Suárez Portal (Directora)
Lic. María Margarita Suárez García (Directora de Museos)
Arq. Severino A. Rodríguez Valdés (Departamento de Museografía)

sábado, 30 de enero de 2010

DULCE MARIA LOYNAZ Y LA LUZ DEL HOTEL TROTCHA

Por: Lázaro Sarmiento

En Pilares de un reino, un fino estudio de Omán Avilés sobre la obra de Dulce María Loynaz, se incluye en los apéndices el testimonio de Gerardo Antonio Loynaz Rodríguez sobre una anécdota que contaba la exquisita poetisa cubana:

“…siendo niña, su madre la llevó a ver la luz eléctrica en la calle Línea. Hasta principios del siglo XX existió allí un hotel de madera nombrado Trotcha, donde se hospedaban muchos de los oficiales del Ejército Libertador, posterior a su entrada en La Habana. En ese hotel habían sido colocadas dos rústicas bombillas. Los habaneros iban al lugar con cierto recogimiento y con el interés natural de lo desconocido. Dulce María tenía aquel hecho muy vivo en su memoria. Era la primera vez que contemplaba dos bombillas encendidas mediante la electricidad”.

El hotel Trotcha estaba muy cerca de la residencia de los Loynaz en el Vedado. Ubicado exactamente en Calzada y 2, este hotel fue construido por el empresario catalán Buenaventura Trotcha a partir del Salón Trotcha inaugurado en 1886 (otras fuentes dan el año 1883). Al inmueble luego se le hicieron varias modificaciones y ampliaciones. En la actualidad solo queda un fragmento de la fachada principal. (Foto de arriba, diciembre 2009. Imagen de abajo: Proyecto de reanimación del terreno del antiguo hotel)


El estudioso Jorge Pavez Ojeda en su investigación titulada Territorios e identidades en la ciudad de La Habana, Cuba: el caso de El Vedado (1860-1940) destaca:

“El Hotel Trocha es pionero en el estilo moderno de hospedaje, y pasara a constituir todo un símbolo hotelero de La Habana de esos años, con baños privados, salones de juego, bailes y restaurante. La Historia Actualizada del Municipio Plaza de la Revolución participa en el proceso de encumbramiento de este hotel en la imagen del Vedado:

“El hotel Trotcha, relata esta historia, fue seleccionado como sede de la comisión mixta entre EE.UU y España para determinar las condiciones de la evacuación del país por parte de las tropas españolas. Fue conocido también como el 'Hotel de los los Novios’ ya que casi todas las parejas de la época pasaban allí su luna de miel. Los generales de la intervención norteamericana (1899-1902) se hospedaron en el Hotel Trotcha y con las ganancias obtenidas realizaron dos ampliaciones: en 1901 la construcción del salón 'El Edén’ y en 1904 el 'Washington.' Así se convierte el hotel en el primero de lujo con baño interior.” (Couceiro/ Perera/ Ramírez, 2000)

Según diversas fuentes, posiblemente este haya sido el primer hotel en anunciarse en los cielos de La Habana en una campaña publicitaria muy novedosa para la época. Resulta que todas las tardes, Ventura echaba a volar sobre la ciudad un globo gigantesco con el rótulo "Hotel Trotcha-Vedado". Los globos los mandaba a buscar por cientos a su natal Barcelona.

Las ruinas emblemáticas del Trotcha han alimentado muchas nostalgias y también modernos sueños. En año 2007 en Cuba se convocó un concurso para reanimar la zona que antiguamente ocupara el hotel y "del que hoy solo queda un bello frontón y que debe mantenerse en el nuevo proyecto, donde resultó ganador José Antonio Choy”. (Ver blog Arquitectura de Cuba y Worldarchitecturenews)

Pero estábamos en la primera vez que Dulce María Loynaz vio la luz eléctrica encender…

Las actrices Eslinda Nuñez y Adria Santana vestidas así se parecen a las damas que se alojaban en el Hotel Trotcha. Foto tomada del blog Con voz propia de Adrian Quintero.


martes, 17 de noviembre de 2009

LA HABANA, VIDA PRIVADA


Por: Lázaro Sarmiento

La Habana es el principal set erótico y sexual de numerosas vidas contadas . Admiramos el esplendor de su pasado arquitectónico, la exuberancia de columnas, el eclecticismo de sus barrios, el modernismo de El Vedado, los parques republicanos, las avenidas floridas, los palacios con nuevos destinos... Disfrutamos el ocio expectante, los licores en las barras, las coreografías y en ocasiones hasta la falta de privacidad. Abrimos las mil puertas de mil pasarelas con etiquetas diferentes...

Y también en este espacio los habaneros nos miramos unos a otros con ternura, deseo o ¿morbo? (los adjetivos igualan el número de plazas urbanas) y nos tocamos y alimentamos el placer en sus esquinas, en los asientos públicos, al final de un pasillo, en la negrura del asfalto, en habitaciones calurosas o refrigeradas.

Recuerdo una noche en la que desde la ventana de una casa – que no era la mía- veía una extensión de azoteas repletas de trastes y alambres, y no muy lejos, cerrando el cuadro, el edificio rejuvenecido de la Lonja del Comercio. Éramos dos cuerpos sobre la cama en la edad de los inmortales. Y debajo de aquella superficie de techos sombreados y de tanques de agua y señales de video rebotando de un lugar a otro, seguramente había más cuerpos (como los nuestros) orgullosos de sus fluidos.

Nunca he sentido una imagen de La Habana tan cerca del sexo como esa vez. Tuve la sensación de que nuestra desnudez flotaba en algún punto entre la ventana y la cúpula de la Lonja, en una alfombra de azoteas. 4 A.M: esperamos el amanecer abrazados a un pedazo de la ciudad. No hemos vuelto a encontrarnos.

La vida bajo los techos de La Habana ...




Parque de la Fraternidad. Arriba: Piso superior de la Lonja del Comercio. La Habana. Fotos: Lázaro Sarmiento.



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viernes, 17 de octubre de 2008

La Habana: la belleza del conflicto.
Por: Lázaro Sarmiento

¿Donde está la belleza de una ciudad? A esta pregunta se puede responder con diversos argumentos. Hasta con engaño, ingenuidad o confusión. Alguien pudiera decir que la belleza de una ciudad está en su gente. Pero la gente no es la totalidad de una ciudad. Una aproximación al tema la encontré leyendo una entrevista al arquitecto Manuel de Solà-Morales, quien fue director de la Escuela de Arquitectura de Barcelona y fundador Laboratorio de Urbanismo, un centro de reflexión teórica. Para empezar, Solà-Morales dice que a lo mejor las ciudades de hoy no son muy bonitas, pero son mucho más interesantes de lo que eran las ciudades históricas.

“Son más complejas en su funcionamiento, contienen más diversidad de elementos, la gente es más capaz. Cada persona, familia, vivienda, oficina, aeropuerto, estación o playa es capaz de contener muchísima vida, y vida distinta. La ciudad es una máquina cada vez más rica y diversa. A lo mejor, incluso la estética de cierto desorden nos empieza a interesar. Cambiamos la estética tradicional por la diversidad, por la vida, y eso es muy importante, porque la gran fuerza de la ciudad es que sigue atrayendo a la gente, y cuánta más, mejor. Y su verdadera belleza interna, su riqueza, su vida, son también sus conflictos, porque el conflicto forma parte de la imagen de una vida mucho más moderna. En la ciudad histórica parecía que no había conflictos, todo tan ordenado, los paseos tan verdes... Esta energía, en la que no todo es delicioso, pero es muy veraz, creo que es una belleza que han adquirido o adquieren nuestras ciudades, tan interesante como la de orden formal.”

No digo que estas opiniones interpreten la realidad de las ciudades cubanas. Seguramente Manuel de Solà-Morales esta pensando, en primer lugar, en las ciudades europeas y en su experiencia como arquitecto. Sin embargo, sus palabras contienen razonamientos válidos para otras urbes del planeta y sus habitantes. Por ejemplo, a la pregunta ¿Qué es lo esencial que tiene que dar hoy la arquitectura al ciudadano?, el arquitecto catalán responde:

“El sentido de pertenencia, ciudadanía se diría en el castellano más clásico .Cuando vas a un buen paseo o parque, en Madrid u otra ciudad, en parte la sientes tuya; entiendes que mucha gente la ha hecho y que formas parte de esa ciudad. El cambio de lo subjetivo a lo colectivo, eso es lo que hace la ciudad, que es lo contrario del campo. En la ciudad vivimos con la total sensación de que compartimos, y eso en la buena arquitectura es fundamental. Al final no hay distancia entre urbanismo y arquitectura, que buscan lo mismo”.

La frase puede parecer naif, pero cada día siento La Habana más mía y la urgencia de que la pensemos todos.

Fotos: Lazaro

Leer entrevista:
http://www.elpais.com/articulo/portada/interesa/piel/ciudades/elpepusoceps/20081012elpepspor_3/Tes/

lunes, 22 de septiembre de 2008

Diálogo con las aceras de La Habana.
Por: Lázaro Sarmiento

Antiguos mensajes dibujados en los pisos de muchas aceras de La Habana han sobrevivido la erosión del tiempo o la renovación constructiva. Fueron diseñados para funciones o edificaciones que desaparecieron en su mayoría. Caminar y dialogar con estas imágenes –concebidas para ser pisadas por millones de zapatos- constituye un delicioso ejercicio imaginativo.
La burguesía cubana sentía obsesión por todo lo norteamericano. Las aceras no escaparon a esta inclinación. (Peletería Miami en la comercial calle Neptuno, Centro Habana).
Del Hotel “Flor de Cuba”, en Monte, entre Águila y Revillagigedo, no quedan ya ni las ruinas. Sin embargo, perdura este vestigio en la acera.

jueves, 7 de agosto de 2008



Aeropuerto de Pekín: un portal a otro mundo.
Por: Lázaro Sarmiento

“Si los occidentales se sienten deslumbrados y confundidos al aterrizar en la nueva terminal del aeropuerto de Pekín, resulta comprensible. No sólo por la grandiosidad del espacio, sino también porque inevitablemente uno siente que ha traspasado un portal a otro mundo, un mundo que ha cambiado de manera tan drástica que ha dejado muy atrás a los países occidentales. “

Así comienza un artículo de Nicolai Ouroussoff para The New York Times titulado La nueva cara de Pekín, con edificios imponentes y futuristas. Su lectura alimentó mi identidad frustrada de arquitecto y mi fascinación por los aeropuertos. Éstos constituyen símbolos tan contundentes como la interpretación que hacemos en la actualidad de las pirámides de Egipto.

El aeropuerto de Pekín está considerado el edificio más grande del mundo. Mide 1,3 millones de metros cuadrados y está pensado para atender a 50 millones de pasajeros en el año 2020. Según su autor, el arquitecto británico Norman Foster, su diseño nació del contexto cultural chino y ofrece una experiencia de viaje inigualable.

Sobre el aeropuerto y otras obras de la capital china, el citado texto publicado por The New York Times señala:
“Los analistas más críticos consideran que estos proyectos innovadores son jactanciosas expresiones de la incipiente primacía global de China. Sin embargo, estos edificios no son simples y burdas manifestaciones de poder. Al igual que los grandes monumentos de la Roma del siglo XVI o de la París del siglo XIX, la nueva arquitectura china irradia un aura que tiene tanta relación con el fermento intelectual como con la influencia económica.

Cada edificio, a su manera, encarna una intensa lucha por el significado del espacio público en la nueva China. Y aunque a veces resultan aterradores por su escala agresiva, también reflejan el esfuerzo del país por dar forma a una nueva identidad nacional…”

Nicolai Ouroussoff destaca que en el aeropuerto de Pekín, Norman Foster llevó el ideal de la movilidad a un nuevo extremo. “Guiados por luces titilantes incrustadas en el techo, los visitantes se deslizan por rampas y a través de anchos puentes peatonales, antes de salir a la explanada elevada. Desde allí, pueden dispersarse en una amplia red de caminos, trenes, subterráneos, canales y parques cuyos tentáculos se extienden a través de toda la zona.

Algunos de los símbolos arquitectónicos de la creciente estatura de China en el mundo transmiten una impresión más clara acerca de cómo se desarrollará el futuro y exploran los límites de lo posible. “
ecoestadistica.com