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sábado, 10 de octubre de 2009

NORKA EN PORTADA DE REVISTA


Por: Lázaro Sarmiento




Varias décadas después de sus momentos de esplendor como modelo y musa del fotógrafo Alberto Korda (1928-2001), la revista cubana Extramuros reproduce en su portada el rostro de otra época de Natalia Méndez , Norka.


La imagen original pertenece a los tiempos de la fotografía de publicidad y moda de los Studios Korda (1956-1968) , que estaban en la calle 21 entre N y O, en el Vedado, frente al Salón Rojo del Capri y a unos pasos de Hotel Nacional, en La Habana.


Korda es conocido principalmente en el mundo por la foto que le tomó al Comandante Ernesto Che Guevara el 5 de marzo de 1960, durante los funerales de las víctimas del sabotaje al vapor La Coubre, en La Habana. Es la imagen más reproducida de la historia de la fotografía moderna.



Norka llegó a la vida del fotógrafo Korda en 1957. Se convirtió en su modelo más importante y con ella se casó y tuvo dos hijos.

Mujer símbolo, Norka exhibe una huella glamurosa en la historia de la fotografía de modas en Cuba. Hace poco tiempo, en un programa de la televisión habló de la profesión de modelo , de buenos modales y también de su pasión por los perros.

Luego una tarde, parada detrás de la cerca del jardín de su antigua vivienda en Miramar, mientras atendía con esmero a sus numerosos perros, le dijo a un amigo mío que a ella le gustaría morir rodeada de sus animales. Y más recientemente, Norka se mudó con sus fieles perros para un barrio del municipio El Cotorro, en la periferia de La Habana.


viernes, 19 de junio de 2009

HEMINGWAY Y SU AMANTE HABANERA.

Por: Lázaro Sarmiento

Por la puerta del Bar Floridita de La Habana debió entrar muchas veces Ernest Hemingway acompañado de Leopoldina Rodríguez, una interesante y bella mulata cubana que fue uno de los grandes amores de su vida.

El dato de esta relación sentimental no es inédito pero Helio Orovio (1938-2008) lo recordaba entre varias historias en un delicioso artículo que escribió poco antes de morir y que tituló La ciudad musical de Hemingway. El texto se publicó en la revista Extramuros, del Centro Provincial de la Literatura y el Libro en Ciudad de La Habana.

Orovio apuntaba que Leopoldina, además del gran amor de Ernest, fue su amiga y confidente a quien protegió económicamente y acompañó solitario en su entierro a fines de los años cincuenta.

Leopoldina fue la única mujer por la que el novelista sintió verdadero amor. Esa mulata cubanísima fue su pasión y su compañera de parrandas y de peñas musicales, según destacaba Helio Orovio.

“Con ella iba al stadium de La Habana a los juegos de béisbol de Almendares, Marianao, Cienfuegos y Habana, a los matches de boxeo, al jai-lai y desde luego compartía sus estancias en el Floridita”.

Varias décadas después de su muerte, (Ketchum, Idaho, 2 de julio, 1961), a Ernest Hemingway continúan buscándolo los turistas que llegan a La Habana. Casi todos quieren llevarse en sus diminutas cámaras una imagen con el Hemingway de metal colocado en un rincón de la barra del Floridita, uno de los siete bares más famosos del mundo.

jueves, 8 de enero de 2009


Hemingway y su amante mulata en La Habana.
Por: Lázaro Sarmiento

Por la puerta del Bar Floridita de La Habana debió entrar muchas veces Ernest Hemingway acompañado de Leopoldina Rodríguez, una interesante y bella mulata cubana que fue uno de los grandes amores de su vida.

El dato de esta relación sentimental no es inédito pero lo incluyó, entre varias historias, Helio Orovio( 1938-2008) en un delicioso artículo que escribió poco antes de morir y que tituló La ciudad musical de Hemingway. El texto se publicó en la revista Extramuros, del Centro Provincial de la Literatura y el Libro en Ciudad de La Habana.

Apuntaba Orovio que Leopoldina, además del gran amor de Ernest, fue su amiga y confidente a quien protegió económicamente y acompañó solitario en su entierro a fines de los años cincuenta.

Esa mulata cubanísima fue la única mujer por la que el novelista sintió verdadero amor, según Helio Orovio haciéndose eco de varias fuentes. Leopoldina fue su pasión y su compañera de parrandas y de peñas musicales.

“Con ella iba al stadium de La Habana a los juegos de béisbol de Almendares, Marianao, Cienfuegos y Habana, a los matches de boxeo, al jai-lai y desde luego compartía sus estancias en el Floridita”.

Varias décadas después de su muerte, (Ketchum, Idaho, 2 de julio, 1961), a Ernest Hemingway continúan buscándolo los turistas que llegan a La Habana. Casi todos quieren llevarse en sus diminutas cámaras una imagen con el Hemingway de metal colocado en un extremo de la barra del Floridita, uno de los siete bares más famosos del mundo.

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