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viernes, 7 de agosto de 2009

MARTHA STRADA, LA FOTO Y EL LENGUAJE.


Por: Lázaro Sarmiento

Un catálogo de música cubana de hace 22 años, en la entrada dedicada a la cantante Martha Strada (1927-2005) señala:

“Entre las actividades que ha realizado, se destacan las actuaciones en la radio y la televisión, revistas y producciones en los principales cabarets y centros nocturnos del país, recitales y espectáculos en salas de conciertos y teatros, y en giras nacionales; las grabaciones de discos para la EGREM y de cintas magnetofónicas para el ICRT; las presentaciones en casas de cultura y otras instituciones culturales, políticas y de masas, así como en centros de producción y docentes….

“Posee distinciones, diplomas, certificados y cartas de reconocimiento, que acreditan su desarrollo artístico-técnico. En la última evaluación efectuada, obtuvo la calificación de A.”

El documento consigna el apellido de Martha como Estrada. La intérprete de Abrázame fuerte, Días como hoy y Sésamo pertenecía a la plantilla de la Empresa de artistas “Antonio María Romeu”.

Hay lenguajes que ni remotamente expresan la dimensión de la figura que describen, ni guardan relación con su personalidad. Un ejemplo es el texto sobre Martha Strada del Catálogo de Música Popular Cubana, editado en 1987. Por cierto, me entero que la renovada Revista de Música de la UNEAC publicará próximamente un artículo de Norge Espinosa sobre esta leyenda de la farándula cubana , un referente cautivante de la antigua vida nocturna en La Habana.


La foto incluida en este post fue realizada por Pedro Portal.

martes, 16 de junio de 2009

EN UN BESO, LA VIDA


La palabra victrola quedó anclada para siempre a un tipo de música: el bolero. El investigador Leonardo Acosta se refiere a esta modalidad en un texto titulado El bolero y el Kitsch:

“Lo que llamamos bolero de victrola era lo que se escuchaba en bodegas, bodegones, bares de mala muerte y, desde luego, en los burdeles, donde hombres marginados o no y las propias ‘camareras del amor’ se veían reflejadas en las incidencias de un buen bolerón, que se paladeaba igual que – y a veces junto a – una cerveza. El machismo y la guapería, integrantes de lo que puede dominarse cómo ‘complejo del machihembrismo’, fueron producto de una sociedad injusta, y la música que los reflejó no debe ruborizarnos, porque es también parte de nuestro patrimonio cultural, y con aquellos temas y lenguajes se hicieron excelentes boleros y canciones que ha menudo han trascendido todas las fronteras (nacionales, clasistas y regionales) para convertirse en clásicos en el nivel mundial”.

Mientras que las victrolas clásicas terminaron oxidadas y destruidas por el tiempo o la indolencia, muchos de los boleros que estas máquinas amplificaron han llegado hasta nuestros días. Recuerdo de niño las victrolas poderosas, plateadas, en los cafés de los pueblos de la Carretera Central, observadas en los viajes de La Habana a Madruga, donde nací.

Han cambiado las estéticas, los estilos de vida, las modas, los giros del lenguaje y los artefactos, incluso los virus mutaron. No estoy seguro de que haya cambiado mucho la psicología que proclamó desde el corazón de una victrola…En un beso, la vida….

Acosta, Leonardo. El bolero y el Kitsch, en Revista Letras Cubanas, No. 9, La Habana, 1988.

Entradas relacionadas:

miércoles, 11 de marzo de 2009


Leo Brouwer: Cultura es saber comprender.


Resulta gráfica, atractiva y actual la noción de cultura ofrecida por el compositor, guitarrista y director de orquesta Leo Brouwer en la entrevista que Pedro de la Hoz le hizo para el libro Como el primer día (Letras Cubanas, 2008). El maestro Brouwer expresa sobre la cultura…



“Es un paisaje infinito, de interrelaciones, abierto a miles de ojos y transmitido por múltiples ventanas. Siento que el país, a cincuenta años de la Revolución, está haciendo un esfuerzo enorme por potenciar la creatividad, que no es sólo hacer artistas sino enseñar a disfrutar el arte. Pero insisto: La cultura cubana es Martí, es Carpentier y sus novelas, Guillén y su poesía; es Lam y Ponce, es Nelson Domínguez y Ernesto Rancaño, y es Chucho y Formell, la rumba y la manera de caminar de los cubanos. Es información procesada, decantada. No simplemente información. No lo que la televisión, aquí o allá, nos muestra. No las cápsulas sumarias de los medios digitales. Cultura es saber comprender”.

En una ocasión anterior, Leo había dicho: “Aunque mis pies hayan estado rodando por el mundo mi pensamiento está nutrido de la cultura cubana”. Este es un mes de homenajes para el artista de la Isla que la crítica especializada considera como uno de los mejores músicos del mundo y el mejor compositor vivo para guitarra. El pasado 1ro de marzo, Leo Brouwer cumplió 70 años de edad.










Martí ,acrílico s/ madera, 2008. Autor Ernesto Rancaño (Cuba)

miércoles, 4 de febrero de 2009

ELLA: La Habana descubre a los Matamoros.

SON: ENTRA FANFARRIA DE CINE QUE BAJA A FONDO HASTA DISOLVER:
EL: Teatro Campoamor. Agosto de 1928. En todas las tandas, se presenta la interesante cinta Después de la tormenta, con las rutilantes estrellas Hobart Bosworth y Eugenia Gilbert. Cinco y media y nueve y media, tandas elegantes. Presentación del trío Matamoros. Cuarenta centavos la luneta. Teatro Campoamor.


SON: ENTRAN SONIDOS DE CIUDAD FINES DECADA DEL VEINTE MEZCLADOS CON AMBIENTE DE LUNETA TEATRAL PARA FONDO DE:
ELLA: Les propongo entrar en esta sala que desde su inauguración hace siete años constituye uno de los principales teatros de nuestra capital. Frente a la sábana blanca que hace soñar a los espectadores, el público sigue emocionado las escenas de esta cinta recién llegada de Hollywood. Una parte de la historia transcurre a bordo de un trasatlántico en lejanos mares. El personaje principal besa a su heroína con ese ardor que Rodolfo Valentino ha puesto de moda en el cine americano. La película concluye. Los caballeros abandonan los asientos en busca de bombones y rositas de maíz para las damas. Ellas alivian el calor con el ritmo de sus abanicos. El escenario es preparado con premura para la actuación de un trío que viene de Oriente y del que se habla con entusiasmo en La Habana desde que sus discos se han puesto de moda en todos los fonógrafos: Los Matamoros.



SON: APLAUSOS BARREN AMBIENTE Y SE MEZCLAN A MUSICA DE LOS MATAMOROS QUE BAJA A SEÑAL:
ELLA: En su primera noche habanera en 1928 interpretan Promesa, Olvido, El que siembra su maíz y Mamá, son de la loma.

SON: SUBE , RECREA Y BAJA A FONDO A SEÑAL :

EL: La prensa se hace eco del debut en La Habana de los tres músicos orientales. El periódico El Mundo apunta:
ELLA: “Tres cantantes, que hace veinte años habríamos llamado ‘guaracheros’, con voces que armonizan agradablemente, forman el grupo Matamoros, que jueves escuchamos en Campoamor y que llevó al teatro que administra el señor Smith, un público nutrido y selecto que llenaba entero el lindo coliseo que es uno de los más modernos y de mejor suerte de La Habana. ”



La pereza que disfruto por estos días me lleva a usar en el blog un fragmento de uno de mis viejos libretos que han sobrevivido el exterminio frecuente de archivos.

La acogida de los Matamoros por parte del público habanero fue tan extraordinaria que el circuito Smith, que los había contratado, llegó a presentarlos en tres, cuatro y hasta en cinco cines y teatros en un mismo día. Y pronto los Matamoros izarían la bandera cubana en la inauguración del Capitolio.

Imágenes: Derecha: Fachada actual del teatro Campoamor, Industria y San José. Izquierda: Hobart Bosworth, actor del filme Después de la tormenta.

martes, 20 de enero de 2009

EN UN BESO, LA VIDA


La palabra victrola quedó anclada para siempre a un tipo de música: el bolero. El investigador Leonardo Acosta se refiere a esta modalidad en un texto titulado El bolero y el Kitsch:

“Lo que llamamos bolero de victrola era lo que se escuchaba en bodegas, bodegones, bares de mala muerte y, desde luego, en los burdeles, donde hombres marginados o no y las propias ‘camareras del amor’ se veían reflejadas en las incidencias de un buen bolerón, que se paladeaba igual que – y a veces junto a – una cerveza. El machismo y la guapería, integrantes de lo que puede dominarse cómo ‘complejo del machihembrismo’, fueron producto de una sociedad injusta, y la música que los reflejó no debe ruborizarnos, porque es también parte de nuestro patrimonio cultural, y con aquellos temas y lenguajes se hicieron excelentes boleros y canciones que ha menudo han trascendido todas las fronteras (nacionales, clasistas y regionales) para convertirse en clásicos en el nivel mundial”.

Mientras que las victrolas clásicas terminaron oxidadas y destruidas por el tiempo o la indolencia, muchos de los boleros que estas máquinas amplificaron han llegado hasta nuestros días. Recuerdo de niño las victrolas poderosas, plateadas, de los cafés principales de algunos pueblos de la Carretera Central observadas en los viajes de La Habana a Madruga, el municipio donde nací.

Han cambiado las estéticas, los estilos de vida, las modas, los giros del lenguaje y los artefactos, incluso los virus mutaron. No estoy seguro de que haya cambiado mucho la psicología que proclamó desde el corazón de una victrola…En un beso, la vida….


Acosta, Leonardo. El bolero y el Kitsch, en Revista Letras Cubanas, No. 9, La Habana, 1988.

domingo, 18 de enero de 2009



Hay música en tu voz.
Por: Lázaro Sarmiento

Hoy me sumergí en una sociológica tanda de boleros de victrola cuando un disco de Dinah Washington cedió su lugar a una selección que incluía a Benny Moré, Antonio Machín, Lino Borges y Daniel Santos. Y aunque los escenarios en que esas canciones se cantaron por primera vez se extinguieron ya, o se transformaron, los “boleros de victrola” siguen gravitando en nosotros con un resplandor del que quizás nunca escaparemos.

Percibo una suave emoción, una nostalgia prestada que casi roza la inquietud erótica, al escuchar a los ídolos de victrola. Son la banda sonora de episodios de una vida que no es la nuestra pero que de alguna manera imaginamos lo fue, o podría serla.

Códigos hilvanados por letristas y orquestadores para expresar verdades destiladas en bares y cantinas, susurradas al oído en playas o burdeles, ahogadas en alcohol y lágrimas, probadas en la calles y sublimadas en un beso, la vida. (un párrafo casi de bolero)

Escuchar boleros de victrola en una tarde de domingo, lejos de la internet y los blogs, de los mensajes de los amigos y la cotidianidad perversa, proporciona la experiencia de vestirnos durante un rato de almas ajenas; actuar como un travestí de metáforas.

Pero ya es hora de regresar a la lectura de Henry Miller abandonada hace unas horas en favor de las súplicas bolerísticas:

“Precisamente esa copulación como de culebras en la obscuridad, ese acoplamiento de articulaciones dobles y de dos cañones era lo que me ponía en la camisa de fuerza de la duda, los celos, el miedo, la soledad.” (En Trópico de Capricornio refiriéndose a Georgiana)

domingo, 4 de enero de 2009


Roberto Fonseca en Radio Enciclopedia.
Por: Lázaro Sarmiento

El pianista Roberto Fonseca protagonizó una de las emisiones especiales de fin de año en Radio Enciclopedia, emisora de música instrumental que transmite desde La Habana, Cuba. Junto al joven intérprete estuvo el flautista y saxofonista Javier Zalba, quien desde 1997 lo acompaña en el grupo Temperamento.

El crítico Pedro de la Hoz apunta que, “a los a los 33 años Roberto Fonseca está confirmando una posición en la vanguardia del jazz afrocubano ganada a base de talento, imaginación, oído atento a las pulsaciones de la época y, a la vez, respeto hacia la tradición de su tierra.”

Además de ofrecer adelantos del concierto de fin de año de Roberto Fonseca y Temperamento en el Palacio de Bellas Artes de La Habana, así como un resumen de sus actividades durante 2008, el programa de Radio Enciclopedia presentó grabaciones del disco Zamazu (sello Enja) .

Este disco de Roberto Fonseca contó con las participaciones especiales del brasileño Carlinhos Brown, el guitarrista español Vicente Amigo, Omara Portuondo en una irrepetible versión del bolero Mil congojas, y Cachaito López.

Programa: Encuentro con Roberto Fonseca y Javier Zalba. Transmisión: 25.12.08. 13 y 17 horas. Realizadores: Lázaro Sarmiento, Alberto Creo, Alicia Soto y María Alejandra Tamayo.
Foto: Roberto Fonseca (primero de la izquierda, con sombrero) y Javier Zalba junto al equipo de Radio Enciclopedia.


viernes, 5 de diciembre de 2008

Una canción para Esther Borja.
Por: Lázaro Sarmiento

Esther Borja está cumpliendo hoy 95 años. Ella es uno de los símbolos más brillantes de la canción cubana. Hace algún tiempo, cuando la entrevisté para Radio Enciclopedia dijo que le gustaría que la recordaran “amablemente, con una sonrisa en los labios, o quizás escuchando una canción”. El programa se tituló Esther Borja: una vida de bellos recuerdos .


Y entre sus recuerdos más bellos mencionó la primera presentación con Ernesto Lecuona; el concierto de canciones con versos de José Martí, en el cual también interpretó “Cierro mis ojos”, de Ernestina Lecuona; luego, el recital un 10 de Octubre en el Carnegie Hall de Nueva York; el viaje a la Argentina…el éxito de la Damisela encantadora, el programa de televisión Álbum de Cuba… Fueron muchos los momentos de su vida que evocó una tarde en los estudios de la radio en el edificio Focsa de La Habana.

Quizás esos recuerdos estén dormidos ahora para Esther Borja en un lado recóndito, donde es muy difícil llegar pues el cerebro y la memoria siguen siendo grandes misterios. Hoy celebramos su aniversario como ella quería que la recordaran: amablemente, con una sonrisa en los labios, escuchando una canción…

Fotos, Arriba: Esther, Lázaro y Cuca Rivero. Hotel Las Yagrumas, San Antonio .Febrero 2003.
Abajo: Esther, Lázaro y Cuca. Sesión de trabajo en Festival de la Radio,Hotel Pernik, Holguín. Febrero,2004.

Esther Borja: una vida de bellos recuerdos .Equipo de realización: Lázaro Sarmiento, Alfredo Zamora, Sergio Cervantes y Ana Margarita Gil, una de las voces más elegantes de la locución en Cuba. Este programa fue Premio en el Festival Nacional de la Radio, en el Concurso de Periodismo 26 de Julio y en el Caracol de la UNEAC. Además fue galardonado por la Caribbean Broadcasting Union , 2006, en el género documental .

domingo, 24 de agosto de 2008


EL BARBARO DEL RITMO .
Por: Lázaro Sarmiento

¿Quién bautizó con esta calificativo a Benny Moré? Fue el locutor Ibrahim Urbino quien llamó a Benny El Bárbaro del Ritmo. El dato lo ubicó el periodista y guionista de televisión Orlando Quiroga en su libro de memorias “Nada es imposible” (Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1996. De Urbino apunta Orlando: “locutor injustamente casi olvidado”. Por cierto, creo que el mencionado libro de Quiroga, fallecido en 2007, nunca ha tenido el reconocimiento que merece. En sus páginas hay numerosas anécdotas y acontecimientos de la radio y la televisión cubanas que el autor salvó del olvido. Aprovecho el aniversario del natalicio de Benny Moré (Santa Isabel de Las Lajas, Cienfuegos, 24 de agosto de 1919- La Habana, 19 de febrero de 1963) para incluir una foto del Bárbaro del Ritmo con la actriz Odalys realizada por el fotógrafo Mario García Joya (Mayito), durante la Feria Papel y Tinta, celebrada en el Paseo del Prado de La Habana poco antes de la muerte del gran cantante y compositor cubano.

miércoles, 16 de abril de 2008

RITA MONTANER: summum de cubanía.


Por: Lázaro Sarmiento

El legado de Rita Montaner ha tenido la suerte de contar con magníficas crónicas, testimonios, cronologías, documentales y biografías. Con inusual unanimidad el público y los artistas coinciden en calificar a Rita como la Única. Es un adjetivo que no discuten incluso los que estaban fuera de la simpatía de esta cantante y actriz que nació en Guanabacoa el 20 de agosto de 1900 y murió en La Habana el 17 de abril de 1958.

En la bibliografía sobre la artista disfrutaron de una amplia repercusión en las últimas tres décadas: Claves por Rita Montaner, ensayo-poema de Miguel Barnet (1977); Rita La única, compilación de Aldo Martínez Malo (1988), y Rita Montaner: Testimonio de una época (1997), de Ramón Fajardo Estrada. Este último título constituye un formidable, y quizás insuperable, libro que le valió a su autor el Premio Casa de las Américas en el género testimonio. Sobresalen también los documentales Rita, de Oscar Valdés (1980), y Con todo mi amor, Rita (2000) de Rebeca Chávez.

El sello EGREM de Cuba publica en 1971 un disco de larga duración con grabaciones de Rita Montaner. En las notas, el musicólogo Odilio Urfé destaca: “Este disco, salvando las inevitables deficiencias que caracterizan a las viejas grabaciones en lo meramente técnico, viene a llenar un gran vacío en el conocimiento que las nuevas generaciones deben tener de una artista consagrada por el pueblo”.

En 1983, en un artículo titulado Rita Montaner: un desafío al olvido, publicado en el periódico Granma, Miguel Barnet apunta que el disco no ha sido leal a la maravillosa intérprete de El manisero y Oguere. Y seguidamente hace una observación especulativa: “Rita Montaner no poseía cualidades adecuadas al disco o sus grabaciones eran de poca calidad”

El autor de El cimarrón sugería abstraerse de cómo se escucha la voz de Rita en las grabaciones e invitaba a sus lectores a preservar “intacto el recuerdo de una de las artistas más creadoras que hayamos tenido”.

LOS VIEJOS DISCOS DE LA MONTANER

Recientemente el poeta Sigfredo Ariel se refirió al tema de la voz de Rita Montaner en los discos y grabaciones para estaciones de radio y que él ha escuchado con una percepción atenta y comprensiva, como narra en el artículo ¿Quién es, por ejemplo, Rita Montaner? (Extramuros, 2007)

Sobre las grabaciones realizadas por Rita Montaner en Nueva York entre 1927 y 1929 para Columbia, Ariel anota que en las audiciones de estas placas, “el timbre de su voz no resulta especialmente grato”. Menciona que en el rescate de otros registros fonográficos aún más antiguos que los de la Montaner, como los de Bessie Smith y Carlos Gardel, “el resultado final nunca es extraordinario”.

“Esa, señores, la de las grabaciones, es Rita Montaner y cantaba así. Así se hizo aplaudir en el París de 1929, se fue con el Wonder Bar de Al Jolson por los estados de la Unión, y deslumbró a los habaneros en los escenarios de zarzuela de la década del treinta. Acostumbrémonos a esta idea de una vez”.

Sigfredo Ariel añade en relación con las antiguas placas de la Montaner: “Es posible que los procedimientos contemporáneos de restauración y remasterización se encuentren muy distantes en el interés de las casas distribuidoras de discos para ser aplicados a las rumbas hamponas, los boleros, criollas, tangos-congos, guarachas, revesinas y pregones que Rita grabó. Es preciso escucharlos tal como se conservan en los duros surcos de los discos de 78 revoluciones. No hay otro remedio”.

Rita Montaner no fue solamente una voz en los discos. Las claves de su dimensión artística refulgieron más allá de las grabaciones. “Rita fue la artista más representativa que ha tenido Cuba, en quien todo el ardor del trópico, la gracia criolla, la belleza muy poco igualada, una voz afinada y dulce, una elegancia de expresión, y una popularidad enorme, la hacían verdaderamente merecedora del nombre que le dio el pueblo: la Única.” (Renée Méndez Capote. La Gaceta de Cuba, 1981)

Nicolás de Guillén proclamaba que esta mujer era Rita de Cuba “porque su arte expresa hasta el hondón humano lo verdaderamente nuestro. La Única, pues solo ella, y nadie más, ha hecho del solar habanero, de la calle cubana, una categoría universal”.

Rita Montaner fue summum de cubanía.
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