martes, 30 de junio de 2009

HONDURAS: LA REALIDAD A OSCURAS.

Por: Lázaro Sarmiento

La foto que encabeza este post pertenece a la era del terror de las dictaduras latinoamericanas. Parecía que nunca más volverían esos días. El golpe de estado en Honduras nos alerta de que hay corrientes siniestras dispuestas a revivir esas imágenes de una época oscura del continente.

Ha sido también un golpe obsceno contra el derecho a la información. Si los ciudadanos de un país no tienen la posibilidad de manifestar sus opiniones históricamente secuestradas por las élites dominantes . Si un presidente no puede conocer la opinión de su pueblo. Si las opciones de cambio están prohibidas. Si las televisoras sustituyen el mundo real por recetas de cocina, animados, novelas y deportes. Si sectores militares pueden actuar impunemente en un remake de los peores tiempos de las repúblicas bananeras y las dictaduras de la guerra fría .Si se le impide a la población conocer la realidad mediante un cerco mediático (desarrollado con un guión bien planificado)…entonces …¿Cómo queda el principio del derecho universal a la información?

En el pequeño país centroamericano: estaciones de radio y televisión silenciadas; periodistas amenazados , líneas telefónicas interrumpidas y cortes del fluido eléctrico para prohibir el acceso de la gente a las señales de cable y otros canales de información. A ello se añade la parcialidad de los medios hondureños propiedad de las élites que apoyan la asonada militar y al gobierno de facto. En esa prensa el pueblo lo constituyen “turbas chavistas”; los empresarios “fuerzas vivas”. Los que se manifiestan a favor de Zelaya son revoltosos, los que apoyan a los golpistas son “patriotas demócratas”.

La oposición a Zelaya controla la totalidad de los grandes medios de prensa, el Congreso, los tribunales, el ejército y la policía, así como la maquinaria de los partidos políticos tradicionales . Sin embargo, el intento de realizar una consulta para conocer la opinión de los ciudadanos sobre temas esenciales en una democracia bastó para que segmentos militares aliados con la extrema derecha secuestraran al presidente, lo sacaran del país en piyama a bordo de un avión y montaran un show en el parlamento que incluyó la falsificación del documento de su supuesta renuncia. Y la represión se extendió por Honduras.
Los pequeños dinosaurios políticos de la derecha alegan que el golpe fue provocado por la violación de procedimientos y normas constitucionales por parte de Zelaya. Argumento pueril. No explicar objetivamente la falsedad de ese pretexto constituye una complicidad cínica. Fue el miedo de las élites del poder en Tegucigalpa y San Pedro Sula a conocer la opinión de la población hondureña, en especial, la de los pobres que constituyen la mayoría absoluta. Miedo a perder sus privilegios. Miedo a que los resultados hicieran más visible el inicio de una fuerza de cambios sociales en una de las repúblicas más pobres de América.

sábado, 27 de junio de 2009

NUESTRAS VIDAS APUNTAN HACIA UNA EDAD



Por: Lázaro Sarmiento

Me seduce el concepto sobre la edad de las personas que el escritor norteamericano Thornton Wilder (1897- 1975) plasmó en su novela Los idus de marzo. En el libro, el personaje de Cicerón le escribe a su hermano:

“Yo sostengo que cada persona tiene una edad hacia la cual apunta toda la vida como la aguja imantada apunta al Norte. Marco Antonio tendrá siempre dieciséis años, y del contraste entre esta edad y los años que realmente cuenta resulta un espectáculo cada vez más lamentable. Mi buen amigo Bruto ha sido un cincuentón reflexivo y juicioso desde la edad de dice años. César está siempre en la cuarentena, como un Jano que mirase irresoluto hacia la juventud y hacia la vejez. Según esta ley, Cleopatra, a pesar de su juventud, tendría cuarenta y cinco, lo que hace aparecer desconcertantes sus gracias juveniles. Su redondez es la de una mujer que ha tenido ocho hijos. Su andar y su porte son muy admirados, pero no por mí. Tiene veinticuatro años y camina como si tratara de representar veinticuatro años.”



Hace unos días en La Habana entrevistaron a Alicia Alonso para el Noticiero de Televisión. En la pantalla, la bailarina de 87 años reiteró una de sus frases favoritas: que vivirá 200 años. Ya en un libro de 1986 (Alicia Alonso diálogos con la danza) había respondido a la pregunta ¿Qué le pide usted a la vida?:

“-Doscientos años. Y espero que la ciencia avance bastante rápido y que algunos tipos en vez de hacer bombas y otras armas de destrucción o de promover su desarrollo desenfrenado, cuiden más del ser humano, hagan más por su bienestar.”

Estas palabras me hacen pensar en la tesis de Thornton Wildder y en el misterio poético que guarda la aguja imantada de Alicia Alonso.

Imagen arriba: Dorothy McGuire with Thornton Wilder
Abajo: Alicia Alonso (La Habana, 1921)

viernes, 26 de junio de 2009

LA MAYOR PARTE DEL TIEMPO CARECEMOS DE EDAD

“Aquella sonrisa y aquel gesto lucían encanto y elegancia, mientras que el rostro y el cuerpo ya no tenían encanto alguno. Era el encanto del gesto, ahogado en la falta de encanto del cuerpo. Pero aquella mujer, aunque naturalmente tenía que saber que ya no era hermosa, lo había olvidado en aquel momento.

“Con cierta parte de nuestro ser vivimos todos fuera del tiempo. Puede que sólo en circunstancias excepcionales seamos conscientes de nuestra edad y que la mayor parte del tiempo carecemos de edad”.

Milan Kundera (Brno, 1929) en su novela La inmortalidad.


Imagen: Danielle Darrieux (Burdeos, 1917) Actriz cinematográfica francesa.
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lunes, 22 de junio de 2009

LO QUE PREFIERO DE LOS CEMENTERIOS


Por: Lázaro Sarmiento.

De los cementerios chinos me atrae la simbología de su vegetación.

De los cementerios judíos admiro el rito de las pequeñas piedras colocadas sobre las tumbas.


La Necrópolis de Colón, con sus panteones como obras de arte, me invita a reflexionar sobre la vanidad faraónica de muchas familias de la antigua burguesía cubana. Algunos de sus miembros reposan hoy en modestos camposantos de otros países, lejos del esplendor funerario diseñado desde sus palacetes del Vedado y del oeste de La Habana.



En los cementerios chinos, “las personas antes de fallecer solicitan la siembra de plantas sobre el montículo de tierra que cubrirá sus restos. Eligen la especie de planta de su preferencia y la disposición de éstas en la tumba, y de acuerdo con su voluntad pueden ser cortadas al cumplirse el primer año del fallecimiento.”



Como en un cementerio chino, escogería para la última curiosidad de la vida estar cerca del oreganillo. Esta planta ha resistido en mi ventana durante años el smog, el salitre y las altas temperaturas.

sábado, 20 de junio de 2009

CLAVES DEL PASADO: LEY SECA Y TURISMO EN LA HABANA.


Por: Lázaro Sarmiento.

La Ley Seca en Estados Unidos “propició la estampida del turismo a favor de Cuba, como refugio de bebedores”. La ley que duró de 1920 a 1933 prohibía el consumo de bebidas alcohólicas en territorio norteamericano.


Las circunstancias aparecen mencionadas en el libro Cuba y turismo (Editora Política, La Habana, 1993). El autor Alberto Pozo, periodista y publicista, recuerda que en el año 1919 el corrupto presidente Menocal colocaba ciertas bases para desarrollar el turismo norteamericano en la Isla bajo el signo del juego de azar, apoyándose en una ley aprobada por el congreso cubano. Surgieron así tres grandes puntales para aquel turismo: el hipódromo, el casino nacional y el balneario de la playa de Marianao.

Según Pozo, en aquella época los barcos de viajeros en los muelles de La Habana eran esperados con una dotación de grandes carros abiertos que conducían directamente a los turistas hasta las destilerías y después hacia las casas de prostitución y juego (en el llamado barrio de Colón).

“A pesar de que la mayoría de los viajeros eran cruceristas (visitantes que duermen en los barcos que los transportan), siempre hubo demanda para abrir una etapa hotelera, generalmente alrededor del Prado, aunque se extendió a los actuales municipios Habana Vieja y Centro Habana. Fue la época de la construcción de las unidades siguientes: Plaza, Sevilla Biltmore, Parkview, Packard, Royal Palm, New York, Regina, Regis, Nueva Isla, Isla de Cuba, Lincoln, Alamac y otros”.



Imagen: Paseo del Prado de La Habana, 1928. El edificio que sobresale a la derecha en el fondo es el Hotel Sevilla Biltmore.
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